¡QUÉ MALA ES LA FIEBRE!

Éste no soy, pero como si lo fuera.

Los seguidores del blog echaríais en falta ayer las correspondientes entradas diarias. La culpa fue de la gripe, de la fiebre o de no sé qué; fiebre, desde lugo tuve, y mucha. Ya llevaba yo sintiendo que no estaba "mu catolico", pues la garganta, mi punto débil desde que me quitaron las anginas cuando era pequeño, estaba empezando a "porculear". Me acosté con unas décimas, pero a mitad de la noche, cuando fui a visitar al "sr. roca", me noté que se había agravado el asunto. En efecto, 38,5º. Por la mañana, MJ me trajo bisolgrip y otro medicamento que no me acuerdo y me bajó a 37º, pero, por la tarde, el pico llegó a 39,4º. Más potingues y la fiebre fue remitiendo. Me tiré todo el día en la cama y hoy me he levantado a las 10 con 37,4º, pero ya estaba harto de estar en postrado, así que me he duchado, he desayunado, me he bebido 1 litro de agua - hay que ver lo que deshidrata la
puñetera fiebre- y aquí estoy, a ver como se desarrollan los acontecimientos.