El mes de enero de 1938, la ciudad de Barcelona iba a sufrir una serie de bombardeos aéreos sin parangón. Prueba de ello es que durante los primeros veinte días del mes se habían producido más número de víctimas que en todos los realizados el año anterior, aunque lo peor estaba por llegar.
Mientras, en Teruel se estaba produciendo la crucial batalla -recordemos que el 8 de enero, fuerzas republicanas se habían hecho con la ciudad-, en Extremadura seguía habiendo ofensivas, aunque nada importantes y Madrid resistía, lo que daba la impresión de que la República estaba ganando. Esto dio pie a que los bombardeos se intensificaran sobre Barcelona, la nueva capital republicana desde noviembre de 1937.
Durante los 15 primeros días, escuadrillas de S-81 italianos alcanzaron la Barceloneta, Pueblo Nuevo, El Guinardó, San Andrés, Casa Antúnez...El día 15, dos escuadrillas de Savoia S-79 de la Aviación legionaria con base en Mallorca bombardearon otra vez Pueblo Nuevo, aunque el objetivo principal era el puerto. Se extendió el rumor por la ciudad que ese ataque pretendía intimidar a un grupo de diputados laboralistas ingleses que estaban visitando los puntos más afectados por los bombardeos en el casco antiguo y en la Barceloneta.
Pero, como ya he dicho, lo peor estaba por llegar. El 19 hubo de nuevo un gran ataque sobre el centro de la ciudad causando 170 muertos. Al continuo ataque, los republicanos replicaron con bombardeos en Salamanca, Valladolid y Sevilla. Era el terror contra el terror. Los republicanos propusieron a los sublevados que llegasen a un acuerdo para no bombardear las retaguardias, pero no tuvo éxito y los aviones fascistas italianos siguieron sus acciones contra la ciudad condal, en especial, las del 30 de enero donde hubo un gran número de muertos y heridos, muchos de ellos niños de una guardería.
Pero no solo Barcelona sufrió ataques aéreos, Reus, Valencia, Gandía. Tarragona y Badalona fueron blanco de los Savoia italianos procedentes de las Baleares.
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