Hoy, para celebrar su cumple, al Luis Ángel le ha tocado ir a coger olivas. Su mujer, Horten, nos ha enviado una foto del cumpleañero dándole a la vareadora mecánica. Yo hace años y años que no voy a esta labor, pero cuando lo hice, empleábamos unos peines rudimentarios -como el de la imagen- y en el suelo, poníamos unos borraces formados por sacos de arpillera abiertos y cosidos. Recuerdo que siempre hacía frío, mucho frío, e íbamos forrados de ropa. Lo mejor era cuando parábamos a almorzar y comer, pues, además de descansar, hacíamos una fogata y asábamos chorizos y carne que nos resultaban muy reconfortantes, además, la bota de vino acompañaba a las viandas. Cuando empezaba a anochecer, recogíamos y nos íbamos montados en el remolque del tractor acurrucados entre los sacos que habíamos cogido.
Una curiosidad, en Jaén y otros puntos de Andalucía se llama olivas a los olivos, así que, como en muchos pueblos viven de este cultivo, cuando se refieren a alguna persona para indicar su nivel de riqueza suelen decir: "Ese no tiene problemas, tiene olivas para dar y vender"; es decir tiene 1000 olivas, por ejemplo.
Hoy, para celebrar su cumple, al Luis Ángel le ha tocado ir a coger olivas. Su mujer, Horten, nos ha enviado una foto del cumpleañero dándole a la vareadora mecánica. Yo hace años y años que no voy a esta labor, pero cuando lo hice, empleábamos unos peines rudimentarios -como el de la imagen- y en el suelo, poníamos unos borraces formados por sacos de arpillera abiertos y cosidos. Recuerdo que siempre hacía frío, mucho frío, e íbamos forrados de ropa. Lo mejor era cuando parábamos a almorzar y comer, pues, además de descansar, hacíamos una fogata y asábamos chorizos y carne que nos resultaban muy reconfortantes, además, la bota de vino acompañaba a las viandas. Cuando empezaba a anochecer, recogíamos y nos íbamos montados en el remolque del tractor acurrucados entre los sacos que habíamos cogido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario