El horario del profesorado suele ser el caballo de batalla de todos los años cada principio de curso. Es raro el año académico que empiece con normalidad; es decir, sin que haya fricciones de mayor o menor calado en el Claustro, sobre todo, por el día "D", o mejor, el día "V", el viernes. Salir a última hora (a las 3, 2:45 2:30, según el horario de entrada de cada IES) es un suplicio para algunos.
Los encargados de hacer el horario (Jefe de Estudios, Director...) piden al profesorado que marque sus preferencias en el cuadro horario o si quieren entrar temprano o tarde, qué día (o días, en concreto, quieren entrar o salir antes, que no tenga huecos... Lo frecuente es querer entrar tarde el lunes y salir antes el viernes.
Como podréis comprender, no se puede contentar a todo el mundo y, casi siempre, no esposible respetar todas las las preferencias. Entonces se producen las malas caras, los enfrentamientos, las subidas de tono...resumiendo, algunos profesores pierden las formas de tal manera que ponen de manifiesto una agresividad fuera de lo común. Muchos institutos, ante esta tesitura, han optado por encargar a empresas especializadas externas la confección del horario mediante programas informáticos al efecto, con el consiguiente gasto económico que supone, pero, al hacerse por personas ajenas, se evitan esas fricciones a las que he hecho referencia y, aún así, hay quien sigue protestando enérgicamente, ocasionando cierta ruptura del clima de convivencia docente, tan importante para que un IES funcione con normalidad. Los y las que más se significan, por lo general, son los profesores y profesoras más veteranos, los que yo llamo "vacas sagradas," todo ello, a pesar de que puede darse el caso de que impartan docencia unas cuantas horas menos debido a la reducción por ser mayor de 55 años -2 horas- o ser Jefe de Departamento -3 horas-, o las dos cosas a la vez.
Es triste decirlo, pero hay "profesionales" que su grado de implicación es nula, la abulia es una constante y el trabajo, una carga; en resumen, hay ciertas posturas de holgazanería y de únicamente, poner la mano a final de mes. Afortunadamente, la mayoría no es así, pero esa pequeña minoría es capaz de reventar reuniones o de "poner a parir" al Equipo Directivo en cuanto tienen ocasión -aunque no siempre de frente- y hacen una labor de zapa, de minar constantemente la organización.
No lo digo gratuitamente, estuve, quizá, demasiado tiempo ocupando un cargo y lo experimenté en mis propias carnes. Hasta pronto.
1 comentario:
El anterior y éste, son relatos dictados por la experiencia. El que lo dude, que oposite y se convierta en director de un colegio o INS público. En los privados y concertados, son mansos corderos. Lo que diga la madre superiora.
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