Mismo café, mismo desayuno. El rumbo: Hacia Montmatre (monte del martirio). De nuevo rue Rívoli para, al llegar a l'Hôtel-de-Ville, girar a la derecha y llegar al Centro Pompidou (Beaucourt, como lo llaman los parisinos). De allí, en metro, a Montmatre haciendo un transbordo. La calle de ascenso a la colina donde se encuentra le Sacré-Coeur está llena de bazares y puestos de comida rápida y, lo que más nos sorprendió, repleta de trileros afanándose en sacarle los cuartos al personal. Cogimos el funicular para subir, ya no está el body para subir tantos escalones. Directamente a la Plaza del Tertre, donde están los pintores. MJ compró unas pequeñas, pero preciosas acuarelas y, tras tomarnos un par de bières y tirar unas cuantas fotos, bajamos la escalinata. En la calle había hecho acto de presencia la police y los trileros habían desaparecido. Tomamos de nuevo el metro y bajamos al centro para comer. Descanso vespertino y paseo con un frío helador por la Plaza de les Vosgues, repleta de galerías de arte, y por el barrio del Marais, lleno de tiendas y establecimientos hosteleros. Por cierto, en París hay libertad de horario comercial pues, aun siendo domingo, muchas tiendas abrieron hasta las 7 de la tarde. Cenamos en un bistro y tomamos un par de cervezas en un bar cerca del hotel. En otro post os comentaré el asunto de los precios.
